Los cuentos, como diría Jorge Bucay, sirven para dormir a niños y para despertar a los adultos. El lenguaje simbólico despierta nuestro inconsciente, que se pone a trabajar buscando encontrar una asociación a través de la analogía mientras distrae a nuestro consciente con la palabra. Además, la metáfora del cuento no nos obliga, ni nos enjuicia, tan solo nos invita…permitiéndonos de esta manera acceder a opciones que en un estado consciente no nos permitimos.
El mago de Oz (Victor Franklin, 1939) es un cuento sobre un sueño que experimenta una niña, Dorothy. El libro original, del escritor estadounidense Lyman Fran Baum, es del año 1900. Coincide en año con el afamado libro de Freud “ La interpretación de los sueños, y si bien en el cuento original Dorothy no llega a Oz a través de un sueño, sí inspira ya elementos que posteriormente han sido muy relevantes para el desarrollo de la psicoterapia y de disciplinas como el Coaching o la Programación neurolingüística.
La historia nos muestra a Dorothy, una niña casi adolescente que no es feliz con su vida. No tiene a sus padres ni otros niños con los que jugar. Es criada por sus tíos, ya mayores, granjeros que trabajan todo el día para tener los recursos necesarios. No se siente atendida ni entendida en sus necesidades.Un día, su único amigo, su perro Toto, es entregado a una horrible vecina ante la amenaza de denunciarlos por un ataque del diminuto animal. Este incidente es el detonante de su interés por salir de esa realidad en busca de una realidad menos gris, aterrizando en Oz.
En la historia, Dorothy viaja por el camino de
baldosas amarillas con el Espantapájaros ,el Hombre de Hojalata y el León como
acompañantes.
Los cuatro protagonistas
de la historia tienen un estado actual que quieren cambiar y un estado deseado
(un hogar, un cerebro, un corazón y valor)
y juntos toman un camino, (The
Yellow brick road – el de la iluminación o del autodescubrimiento para conseguirlo).
Un proceso de coaching desarrolla nuestro potencial e implica un
cambio de nuestro comportamiento hacia
un objetivo, una meta, un estado deseado. El cambio se origina dentro, en
nuestras creencias, que modifican nuestra manera de percibir nuestra realidad y
que como consecuencia trae cambio en nuestra conducta.
Para mí los acompañantes de Dorothy representan las tres
principales causas de bloqueo en un proceso de crecimiento o de evolución
personal: no me creo capaz (Espantapájaros), no lo merezco (Hombre de Hojalata)
o tengo miedo al cambio (el León).
Si queremos ver a estos 4 viajeros
desde la perspectiva de los cuatro elementos de la teoría de Carl Jung, es
inevitable encontrarnos con el elemento aire
(Pensamiento), reflejado en el ligero
espantapájaros que pasa sus días postrado al sol y que quedaría consumido por
el fuego con el aire necesario para la combustión.
El agua (emoción) en el Hombre de hojalata, paralizado por la lluvia,
frío y rígido al tacto, que tala árboles
para alcanzar logros y con ellos conseguir ser querido y aceptado por los
demás.
El fuego el león y la tierra,
representada en Kansas, el hogar de Dorothy.
Pensamiento, Emoción e Instinto,
también inspiran al Eneagrama, ya que son los tres centros que conforman cada
una de las tríadas que muestran los 9 tipos psicológicos básicos.
En la película además de a Freud y a Jung , también
encuentro a Fritz Perls , fundador de la terapia gestáltica. Nuestra realidad
se forma a través de nuestra percepción, que está condicionada a través de filtros,
que son nuestras creencias (limitadoras o potenciadoras). El espantapájaros
sufre considerándose un fracasado porque no tiene un cerebro que tocar. Cree
que esa condición impide que sus ideas sean ingeniosas, hasta el punto que
ignora sucesos que no sustentan su creencia (Ejemplos de su inteligencia lo tenemos en el Campo de manzanos o en la estrategia para
el rescate de Dorothy).
También encontramos a Perls con Glinda y el mensaje que da en la escena
final : “No necesitas que nadie te ayude, siempre has tenido el poder de
conseguirlo…no me hubieras creído, tenías que aprenderlo por ti misma. Tenía que
pensarlo y sentirlo ella para poder lograrlo.”
LA VERDAD SOLO SE PUEDE TOLERAR SI LA
DESCUBRE UNO MISMO.
Por último también encuentro el triangulo dramático de Karpman
(psicoterapia humanista)
Se siente víctima, con culpables de
su desdicha y en el sueño saldrá en busca de un salvador, el Mago de Oz.
A Dorothy,
al igual que a muchos sistemas de
relaciones persnales o profesionales, el triángulo nos atrapa y nos hace creer
que el PROBLEMA ESTÁ AFUERA.
La caída de
la cortina y el mostrar al verdadero Oz, rompe su triángulo, no HAY SALVADOR….DESAPARECEN LAS
VICTIMAS Y LOS CULPABLES.
Os animo a ver, o a volver a ver la película y a permitiros identificaros con alguno de los protagonistas, así como a seguir el camino de baldosas amarillas que os conduzca a vuestro estado deseado.
Si queréis, también podéis escuchar mi intervencion en La Conjura de Ludovico, programa de Rafael Valdivia sobre Psicología y cine de la Universidad de Jaén en el que el pasado jueves pude participar para comentar esta gran película.